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ContactarHoy en día, son muy pocos los instrumentos financieros que, desde su origen, lograron instalarse de lleno en la vida diaria de las personas. Tal es el caso de las tarjetas físicas bancarias, las cuales son utilizadas diariamente por millones de usuarios en todo el mundo.
Tan solo datos de la red Visa, estiman que cada día se procesan 150 millones de transacciones a nivel global; la firma asegura que es capaz de registrar hasta 24 mil compras con tarjeta por segundo.
Adicionalmente, la compañía afirma que en el planeta hay más de 3 mil millones de tarjetas de débito y crédito activas.
Su amplio uso no es casualidad: gracias a su practicidad, las tarjetas, ya sean de débito, crédito o vales, se han vuelto indispensables para la gestión financiera del día a día: desde el pago de nómina para millones de trabajadores, hasta el depósito y gestión de becas y otros apoyos a personas de todo el país de manera más eficiente.
No obstante, aunque el uso de tarjetas está arraigado en la cotidianidad, poco se sabe de los elementos que las componen, así como algunas de sus funciones básicas.
En este sentido, conocer sus componentes, características, capacidades, entre otros rasgos, es de suma importancia para sacar el máximo provecho a una tarjeta, pero también para mejorar hábitos financieros y fomentar una cultura del ahorro.
Pensando en ello, y como expertos en tecnología para la emisión de diversos tipos de tarjetas, en Métricas decidimos compartirte todo lo que necesitas saber acerca de las características que las componen:
Puede que no lo parezca, pero las tarjetas bancarias son de las herramientas más sofisticadas que utilizamos en nuestra vida diaria; la gran mayoría está respaldada por una serie de tecnologías innovadoras que nos ofrecen una mejor experiencia financiera:
Entre las características más importantes de las tarjetas se encuentran:
Se trata de los primeros 4 a 6 números que aparecen, regularmente, en el anverso de una tarjeta, los cuales sirven para dar seguimiento de las transacciones que se hacen con ella. En este sentido, son cruciales para identificar casos de fraude, tarjetas robadas o usurpación de identidad.
Así mismo, el BIN también define la industria a la que corresponde la tarjeta (bancaria, de aerolínea, servicios de salud o telecomunicaciones), así como el emisor y el banco al que pertenece.
Es donde se almacena toda la información del usuario. Los datos que contiene están encriptados y solo las terminales y/o pasarelas de pago pueden acceder a ellos mediante el Número de Identificación Personal (NIP).
El chip también se encarga de generar un código único durante cada transacción, el cual es validado por los servidores del banco a través de la terminal punto de venta, logrando así operaciones más confiables, rápidas y seguras.
También es el encargado de habilitar los famosos pagos sin contacto que actualmente ofrecen las tarjetas bancarias, gracias a la implementación del estándar EMV.
Si bien la mayoría de tarjetas cuentan con este dato a la vista, pocos tarjetahabientes conocen los motivos por los cuales “caduca” una tarjeta física. La razón principal no es otra más que la seguridad del usuario, pues “la actualización” de los datos bancarios cada cierto tiempo es una manera de disminuir la probabilidad de fraudes y suplantación.
No es más que la marca del banco, organización, fintech o institución financiera encargada de emitir una tarjeta de débito o crédito. Por su parte, la licencia de emisión sirve para identificar a la compañía encargada de brindar la infraestructura que respalda el funcionamiento de tu tarjeta.
Su visibilidad es elemental, pues es la mejor manera de asegurarte de que cuentas con un producto seguro, confiable y de categoría internacional que puede ser aceptado en prácticamente cualquier país.
En México, las licencias más comunes son Visa, Mastercard y American Express.
Es la franja oscura que se encuentra, normalmente, al reverso de las tarjetas; está compuesta de partículas ferromagnéticas que se mueven a una dirección determinada para validar una transacción, como una especie de cerradura.
Si bien este mecanismo cada vez está más en desuso en establecimientos, muchos bancos aún optan por incluirla como una alternativa para cuando no es posible utilizar una terminal o cuando ésta no tiene señal.
En un inicio, los hologramas fungieron como una medida para la prevención de falsificaciones; sin embargo, la implementación de chips cada vez más modernos ha hecho que los hologramas pasen a ser un distintivo visual que adorna las tarjetas y les da cierto estatus.
Estos datos dan certeza acerca del propietario; ayudan a los establecimientos a verificar la identidad de los usuarios en comparación con una identificación oficial como el INE o pasaporte.
Algunas de las tarjetas más modernas y productos Fintech, han optado por colocar los datos del usuario al reverso de la tarjeta, esto para reducir su exposición a falsificadores, así como para dar a sus productos un diseño más innovador, vanguardista y elegante.
Es “la clave” de 3 o 4 números que se encuentra al reverso de las tarjetas físicas, y se usan para realizar transacciones cuando no se cuenta con la tarjeta físicamente.
Este elemento es especialmente útil para realizar compras seguras a través de teléfono o internet.
Por último, pero no por ello menos importante, está la información de contacto del banco a la cual los usuarios pueden acceder para resolver cualquier duda que tengan respecto a su tarjeta o para solicitar mayor información de sus movimientos, aclaraciones o incluso una ampliación en su línea de crédito.
Como puedes ver, todas estas características son de suma importancia para optimizar el uso de nuestra tarjeta, ya sea al momento de realizar pagos en diferentes modalidades, hacer y recibir transferencias, proteger nuestros datos bancarios, así como para evitar a toda costa una posible clonación.
Además, la seguridad y experiencia que brindan estos elementos a las tarjetas físicas, puede mejorarse todavía más a través de la implementación de nuevas tecnologías como es el caso de apps o plataformas para la gestión y dispersión de pagos que nos ayudan a tener un control absoluto sobre su uso, gastos, ahorros y cargos sospechosos.
Si quieres conocer más acerca de cómo sacarle el máximo provecho a tus instrumentos financieros o saber cómo funcionan con mayor profundidad, no dejes de visitar nuestro blog.